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26 de mayo, 2024

El Mercurio:

El cobre y la descarbonización

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El desierto avanza, las estaciones cambian, el nivel del mar aumenta y en algunos lugares del mundo la biodiversidad se encuentra seriamente amenazada. En los últimos años se han agudizado los eventos climáticos como sequías, monzones y blooms de algas. La carencia de agua dulce es un grito desesperado del planeta por hacernos ver la urgencia con la que debemos modificar y transformar la forma en que pensamos y realizamos nuestra actividad industrial, tan necesaria para sustentar el desarrollo humano y mejorar las condiciones de vida de las personas.

Disminuir el impacto ambiental de las industrias es fundamental. Renovar nuestra matriz de energía un imperativo: como sociedad debemos avanzar rápido hacia la electrificación de toda nuestra actividad humana e industrial.

Para realizar esta transición energética, el mundo no conoce una forma de hacerlo sin el cobre, el metal por excelencia de la electrificación. La demanda por él y por otros minerales críticos crece en el mundo entero junto con el desarrollo de tecnologías limpias de energía renovables, la inteligencia artificial y la automatización, todas fundamentales para sustentar el desarrollo humano en el planeta en un futuro próximo.

Como uno de los principales productores de cobre del mundo por décadas, Chile ha sido y puede seguir siendo un actor clave de la industria. Nuestro país ha sido el semillero de profesionales de altísimo nivel que ha exportado al mundo conocimiento, tecnologías y procesos nuevos, así como miles de millones de toneladas del mineral. Poseemos una de las más grandes reservas conocidas de cobre y un acceso casi infinito a energías limpias.

Sin embargo, las leyes han disminuido sostenidamente en la última década, junto con la merma de óxidos de cobre disponibles para ser extraídos. Así mismo, los tiempos de desarrollo de nuevos proyectos han aumentado significativamente (por sobre los 15 años), debido a los permisos ambientales y los altos costos de construcción. Si estos ritmos se mantienen, todas las estimaciones coinciden en que no habrá suficiente cobre para satisfacer la demanda de la transición energética. No en vano el Departamento de Energía de EE.UU. lo incluyó por primera vez al cobre en su lista de minerales críticos el 2023. Y los mercados internacionales ya se expresan: el cobre ha alcanzado valores históricos en las últimas semanas.

Los desafíos actuales de la industria necesitan una respuesta tecnológica indispensable para mantener y elevar los niveles de producción de cobre que el mundo necesita. Es fundamental el desarrollo de tecnologías de vanguardia que habiliten recursos amigablemente con el medioambiente y renueven la minería con procesos menos demandantes en consumo de agua y sin emisiones de gases contaminantes. Eso es justamente lo que hacemos en Ceibo: contribuir al desafío global del cambio climático, a través de tecnologías que entregarán al mundo el cobre que necesita.

Catalina Urrejola, CTO Ceibo

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26 de mayo, 2024

El cobre y la descarbonización

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El desierto avanza, las estaciones cambian, el nivel del mar aumenta y en algunos lugares del mundo la biodiversidad se encuentra seriamente amenazada. En los últimos años se han agudizado los eventos climáticos como sequías, monzones y blooms de algas. La carencia de agua dulce es un grito desesperado del planeta por hacernos ver la urgencia con la que debemos modificar y transformar la forma en que pensamos y realizamos nuestra actividad industrial, tan necesaria para sustentar el desarrollo humano y mejorar las condiciones de vida de las personas.

Disminuir el impacto ambiental de las industrias es fundamental. Renovar nuestra matriz de energía un imperativo: como sociedad debemos avanzar rápido hacia la electrificación de toda nuestra actividad humana e industrial.

Para realizar esta transición energética, el mundo no conoce una forma de hacerlo sin el cobre, el metal por excelencia de la electrificación. La demanda por él y por otros minerales críticos crece en el mundo entero junto con el desarrollo de tecnologías limpias de energía renovables, la inteligencia artificial y la automatización, todas fundamentales para sustentar el desarrollo humano en el planeta en un futuro próximo.

Como uno de los principales productores de cobre del mundo por décadas, Chile ha sido y puede seguir siendo un actor clave de la industria. Nuestro país ha sido el semillero de profesionales de altísimo nivel que ha exportado al mundo conocimiento, tecnologías y procesos nuevos, así como miles de millones de toneladas del mineral. Poseemos una de las más grandes reservas conocidas de cobre y un acceso casi infinito a energías limpias.

Sin embargo, las leyes han disminuido sostenidamente en la última década, junto con la merma de óxidos de cobre disponibles para ser extraídos. Así mismo, los tiempos de desarrollo de nuevos proyectos han aumentado significativamente (por sobre los 15 años), debido a los permisos ambientales y los altos costos de construcción. Si estos ritmos se mantienen, todas las estimaciones coinciden en que no habrá suficiente cobre para satisfacer la demanda de la transición energética. No en vano el Departamento de Energía de EE.UU. lo incluyó por primera vez al cobre en su lista de minerales críticos el 2023. Y los mercados internacionales ya se expresan: el cobre ha alcanzado valores históricos en las últimas semanas.

Los desafíos actuales de la industria necesitan una respuesta tecnológica indispensable para mantener y elevar los niveles de producción de cobre que el mundo necesita. Es fundamental el desarrollo de tecnologías de vanguardia que habiliten recursos amigablemente con el medioambiente y renueven la minería con procesos menos demandantes en consumo de agua y sin emisiones de gases contaminantes. Eso es justamente lo que hacemos en Ceibo: contribuir al desafío global del cambio climático, a través de tecnologías que entregarán al mundo el cobre que necesita.

Catalina Urrejola, CTO Ceibo

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